Cuando hablamos de los sentidos siempre nos vienen a la cabeza los sentidos “exteriores”, como son el gusto, el tacto, el olfato, la vista, el oído, pero en realidad, estos son sólo una parte de los sentidos de los que disponemos y forman parte de los llamados sentidos de exterocepción.
Pero tenemos muchos más órganos de percepción que éstos, y son los que forman parte de la interocepción.
En resumen, la interocepción está compuesta por los sentidos internos y hoy vamos a centrarnos en uno de ellos, la PROPIOCEPCIÓN.
¿QUE ES LA PROPIOCEPCIÓN?
La propiocepción es la capacidad que tiene nuestro cuerpo de saber la posición y el movimiento exactos de cada una de las partes que lo componen en cada momento, tanto entre sí como con respecto a la base o soporte.
El sistema propioceptivo es el encargado de recibir y procesar una multitud de información procedente de las articulaciones, ligamentos y músculos para conocer exactamente dónde se encuentra cada uno de ellos y poder, en su caso, si fuera necesario, reaccionar de manera inmediata para activar y mover otras partes el cuerpo.
¿PORQUÉ ES IMPORTANTE?
Porque este órgano interviene en el desarrollo del esquema corporal, incide sobre nuestro equilibrio y nuestro correcto movimiento.
Además, permite reacciones y respuestas automáticas, importantes para la supervivencia y nuestra relación con el entorno y el espacio que nos rodea.
Es un órgano que previene lesiones, al evitar estiramientos y movimientos anómalos.
¿QUÉ PASA SI NO FUNCIONA CORRECTAMENTE?
Si no tenemos un a buena información propioceptiva no podríamos movernos de manera correcta, y no podríamos adecuar nuestros movimientos al entorno y el espacio que tenemos a nuestro alrededor.
Además, es imprescindible para recuperarnos adecuadamente de las lesiones musculoesqueléticas.
ÓRGANOS PROPIOCEPTIVOS
El sistema propioceptivo está compuesto por una serie de receptores nerviosos ubicados en articulaciones, ligamentos y músculos que se encargan de detectar el grado de tensión y estiramiento muscular y mandan la información a la médula y al cerebro para que la procese y pueda reaccionar.
LOS PROPIOCEPTORES o RECEPTORES
Husos neuromusculares: situado dentro de la estructura del músculo, se activan ante los cambios de longitud de los mismos, son los encargados del reflejo miotático (efecto de protección ante un estiramiento brusco).
Órganos tendinosos de Golgi: son otros receptores sensoriales situados en los tendones y se encargan de medir la tensión desarrollada por el músculo.
Receptores de la cápsula articular y los ligamentos articulares: se encargan de informar al cerebro de la posición y movimiento de la articulación.
Propioceptores vestibulares: se encargan de informar sobre la posición y movimiento de la cabeza.
Receptores de la piel: proporcionan información sobre el estado tónico muscular y sobre el movimiento.
¿CÓMO PRACTICAMOS PROPIOCEPCIÓN EN YOGA?
En yoga existen diferentes prácticas que aumentan o estimula nuestro sistema propioceptivo, por ejemplo, ante las posturas con ojos cerrados en las que anulamos el sentido de la vista y hacemos que el alumno preste atención a su cuerpo en el espacio.
Por otro lado, todas las posturas de equilibrio y aquellas en las que trabajamos el equilibrio en movimiento.
También el uso de bloques de yoga (aquellos con una textura esponjosa) nos ayudan a ampliar nuestra percepción propioceptiva.
BENEFICIOS DE SU PRACTICA
- Previene lesiones
- Mejora la coordinación y el equilibrio
- Aumenta la fuerza y la estabilidad
- Se fortalecen las articulaciones
- Aumenta la conciencia corporal
- Mejora el rendimiento